Caminata Nocturna {Libre}

¿Cuánto tiempo llevaba mirando al techo sin hacer nada? ¿Cuánto tiempo llevaba dando vueltas en la cama intentando dormirme? Al menos llevaba una hora tumbada en la cama intentando dormir. Miré la hora. Eran las doce y media de la noche. Sabía que al día siguiente aquello me pasaría factura, pero no podía remediar el que no pudiera dormirme. Aparté las sábanas que me cubrían y a pesar de estar en el interior, sentí algo de frío. Me puse una sudadera y unas zapatillas, dejándome los pantalones largos del pijama puestos y sin hacer ruido alguno para que mis compañeras de casa que dormían profundamente no se despertaran bajé las escaleras que conducían a la sala común.

La sala común estaba extrañamente silenciosa ya que no había nadie. Tan solo se escuchaba el crepitar de las llamas de la chimenea y el viento que chocaba contra las ventanas. Me acerqué a la chimenea y acerqué mis congeladas manos hasta el fuego. Un minutos más tarde, cuando estas estuvieron lo suficientemente calientes, salí de la sala común mientras miraba a ambos lados del pasillo por si acaso alguien se encontraba por allí. Caminé hacia la derecha y después bajé unas escaleras, llegando al sexto piso.

Iba con cuidado y atenta a cualquier ruido que me pudiera alertar de que había alguien más por los pasillos. Si me encontraba con un profesor, el castigo sería seguro, pero si me encontraba con un prefecto, tal vez con algo de suerte podría convencerle de que no se chivara. Entré en uno de los pasillos que estaba algo oscuro. Me pareció escuchar un ruido, por lo que me paré inmediatamente y esperé.
No volví a escuchar nada hasta que algo o alguien chocó conmigo. -¡Ay!- me quejé debido al golpe. Saqué mi varita. -Lumos- dije. Al momento apareció una luz que enfocó a una chica que conocía. No sabía si era o no prefecta. Lo único que sabía era que era Slytherin y que no nos llevábamos demasiado bien.

Era rápido como transcurría el tiempo para Agnetta cuando se trataba de la noche. Se pasaban rápido cuando para ella no era un suplicio. Generalmente así ocurría porque su insomnio se había vuelto tan rutinario que debía provocar en su organismo un acondicionamiento ante su situación. Son secretos que generalmente no salen a la luz porque nunca han sido necesarios de descubrir. Ella había aprendido a vivir durmiento parte del día y en la noche salir a ¿divertirse? por el castillo. Seguramente ella podría afirmar que es conciente de la mayoría de los lugares secretos que hay.

Por unos segundos, su mente la desconectó completamente de su entorno para recordar cosas. Era normal también, el quedar pegada en recuerdos y cosas pasadas que intentaba mantener al margen. Sin embargo, para ella eran cosas que constantemente ocurrían y que lograban que incluso ella se sintiera sola a pesar de poder estar entre mucha gente.

Es por culpa de esto que de pronto sintió como si una pared la golpeara haciendo que saliera del encierro en su cabeza y por desgracia no fue la mejor pared la que había golpeado. - Ey! Apaga esa luz que nos descubriran. - Le dijo con rapidez y una mirada fuerte y severa. Había que ser racional en estos momentos y seguramente los cuadros notarían esto y harían sus vidas un castigo hasta final de curso. - Y supongo que siento golpearte. Se que fui yo. - Dijo con sequedad como si no importara. De igual forma, ella acepta sus errores aunque le desagrade hacerlo, más frente a una leona.

Bajé un poco la varita aunque solo lo suficiente para que no le diera directamente la luz en los ojos y no la deslumbrara. Intenté recordar el nombre de aquella Slytherin, pero no lograba recordarlo. Pensé en alguna clase en la que hubiésemos coincidido -ya que íbamos al mismo curso- y hubiesen dicho su nombre. Sabía que su nombre era raro. No era muy común, por lo que sabía que me costaría más trabajo acordarme de él.

Escuché su voz y al darme cuenta de que tenía razón y de que podía estar cometiendo un error. Aunque la verdad es que la chica lo podría haber dicho con más delicadeza y sin aquella expresión que había puesto. -Nox- murmuré en voz baja. Al instante la luz de mi varita se apagó y todo volvió a quedar en penumbra. Contuve la respiración unos segundos intentando escuchar algo, pero todo seguía en calma. Ni si quiera oí que alguno de los retratos de los cuadros dijera algo. Al parecer me había librado por esta vez.

Recordé su nombre justo en el momento en que comenzó a hablar de nuevo. Agnetta: Así es como se llamaba. -¿Supones?- inquirí ante lo que ella me había dicho. Era ella la que no había ido mirando por donde iba. Puede que yo me hubiese quedado en el medio, pero era ella la que tendría que haber ido con más cuidado. Además, ella había dicho que sabía que había sido su culpa, ¿entonces por qué suponía? -¿Te crees demasiado superior como para pedirle disculpas a una Gryffindor?- pregunté con un toque de ironía en la voz y remarcando la palabra "crees", porque desde luego ella no era superior. Sabía que si hubiese sido alguien de su casa le hubiese sido más fácil perdir disculpas. Pero justamente yo no lo era.

No sabía si decir realmente que veía a la chica con claridad. No era facil hacerlo si la luz que provenía de la varita de la leona la había dejado ciega por algunos instantes. Tampoco podía decir eso seriamente porque era exagerar del todo, más cuando la joven tuvo la idea de que debía bajar su varita para no encandilarla. Estaba ahora intentando que sus ojos dejaran de ver lucecitas blancas como si un flash de cámara la hubiera atacado. En esos momentos fue cuando la reconoció completamente. Tenía gran suerte de poder recordar los apellidos de las personas, por lo menos cuando van en su clase ya que puede ser en algun momento beneficioso para ella.

Lo que en cierto modo, ocurrió, cuando ella había hablado fue como una predicción que se volvía realidad por completo. Era facil saber que ella le daría la razón frente a la luz porque dudaba que quisiera ser castigada junto a una serpiente. Ella en silencio la miraba y después vino lo siguiente que sólo logró que Agnetta sacara una sonrisa maliciosa. Es común que sorprenda que ella pidiera perdón, sin embargo, siempre tenía la gente que echar más leña al asunto y hacerlo más molesto. Sus ojos ya se habían acostumbrado y la miraba directo a sus ojos con una sonrisa inconcientemente superior en los labios junto a unos ojos que parecían taladrar al que la observase. - Si, supongo porque no vi que hacías y sólo tuve conciencia de mis actos. - Habló como si nada, sabiendo que esto seguramente la molestaría más a la chica. Pero ella ya había dado una disculpa, dificil sería que ella hiciera algo más al respecto.

En eso vio venir un extraño contraataque que la hizo enarcar una ceja. - Y eso a que viene? Eres leona y me disculpé. No esperes que me ponga de rodillas a llorar suplicando tu perdón. - Dijo colocando una mueca al imaginar una situación tan desagradable como aquello. - Además, el ser superior, Ja!... que estupidez más grande. Eso no existe, porque ambas sangramos y respiramos. - Termina de hablar de forma seca. Slytherin si será, pero estupida para creer esas tonteras no. - Tendrías que ser muchas cosas para que te catalogue... "inferior" Bertranoux.

No me gustaba que todo estuviese tan oscuro. Mis ojos tardaron en acostumbrarse un poco a la luz después de haber tenido esta justo delante de mí, pero aún así, cuando estos lo hicieron, seguí sin ver demasiado. Tan solo se podía adivinar la silueta de la chica y poco más. Ni si quiera podía ver su rostro, con lo que no podía ver ni sus muecas ni sus miradas. Aquello me molestaba un poco, pero pensé que escuchando sus palabras, seguramente no necesitaría mucho más. Las caras me las podría imaginar yo, aunque no pudiera estar completamente segura de que fueran las que ella realmente ponía.

Por un momento no supe si quedarme allí o irme. No sabía bien el camino de vuelta a mi sala común, por lo que si me iba tendría que buscar algo que me resultara familiar. Al menos solo estaba a un piso de distancia de ella… La chica no decía nada y por unos instantes me pensé que la chica se había ido de allí. Iba a girarme para irme del lugar, pero pronto me detuve. ¿Y si no se había ido? No me iba a ir sin decir nada más, pues eso sería de mala educación y yo eso no lo era. Al menos yo no me consideraba maleducada. No me gustaba serlo.

No tuve que pensar en aquello mucho más tiempo. La chica comenzó a hablar, dejándome ver que no se había marchado. Eso de estar a oscuras cada vez me gustaba menos, pero si encendíamos una luz, sería peor, pues tendríamos más posibilidades de que nos pillaran y no tenía ganas de un castigo. Conforme la Slytherin iba hablando me arrepentí de no haberme marchado de allí. ¿Acaso tenía ganas de pelea? Yo desde luego no tenía gana alguna. Puse los ojos en blanco al escuchar “eres leona”; ¿y qué pasa si era leona? ¿no merecía una disculpa en condiciones por ser Gryffindor? Aunque era eso lo que pensaba, decidí no decirlo en voz alta, porque sabía que no conseguiría nada. Como mucho otra contestación cualquiera y de malas formas. -Me alegro entonces de que no te creas superior- expliqué utilizando un tono de voz normal. De verdad me alegraba de ello, porque si no me daría pena el que pensara aquello. Era bueno encontrarse de vez en cuando a algún Slytherin que no pensara aquello. Aunque eso no quitara el hecho de que nos lleváramos mal. -Bueno… será mejor que nos despidamos ya- dije con intención de marcharme. Esperaba que me dijera adiós o algo parecido o simplemente que se largara. Cualquier cosa para marcharme luego yo también.