Serios problemas de... ¿Orientación? [Ashley]

Sonreí levemente, volviendo la vista al libro.
Exacto.
Me sorprendió un poco que supiera mi nombre, o que supiera quien era. Bien era cierto que ambos estábamos en el equipo de quidditch, pero él nunca me había prestado la más mínima atención. Según lo que había visto, él se interesaba básicamente en sus amigos más cercanos y chicas gritonas que me sacaban de quicio; pero parecía que a Sirius le gustaban. Miré por el rabillo del ojo al chico, la verdad es que era rematadamente guapo.
Pasé la página del libro que "acababa de leer", sin enterarme de nada.

Me quedé en silencio unos instantes y entonces tomé un libro sobre transformaciones. Aunque... ¿Por qué diablos cogía un libro de transformaciones? Quiero decir, era un animago ilegal, algo sobre ello tendría que saber... ¿no? Cogí un pergamino y una pluma y comencé mi redacción sobre animagia, tosí un par de veces a ver si me entraba la inspiración. Nada. No había manera. Ah... ¡Si! Comencé a escribir a toda pastilla, me faltaba también la de pociones y la de adivinación, no es que quisiera hacerlo es que si no me iban a suspender todo el curso.

No le presté atención ninguna a las pociones. ¿Para qué, si de todas maneras no me se me quedaba nada en la cabeza? Tenía a mi lado un asunta más entretenido que observar. Oía el rasgar de la pluma de Sirius, rápida y sin pausa, mientras lo miraba de refilón. No se parecía en nada a lo que decían de él, pero las apariencias engañan, ¿no? Tal vez tenía que entregar algún trabajo.. O tal vez el famoso Sirius Black no era tanta cosa. Le habría sacado tema de conversación, pero parecía tan entusiasmado, por decirlo de alguna manera, escribiendo, que no lo iba a desconcentrar.

Fin. Un punto. Acabada la redacción, Miré de reojo el libro de pociones y lo intenté fulminar con una mirada, pero el libro no desaparecía. Me dejé reposar sobre el respaldo de la silla y miré fijamente el techo, esperando que cuando volviese a mirar el libro de pociones, no estuviese, ya tenía la redacción de transformaciones, la de adivinación no me importaba no entregarla, Treawnley ya había vaticinado que no se la entregaría, no quería darle un disgusto a la profesora que me caía bien. A la única que me caía bien. Slughorn me daba pociones... No quería hacer pociones. No, de ninguna de las maneras. Suspiré y me desabroché los dos primeros botones de la camisa, que, como siempre, iba por fuera de los pantalones, me aflojé la corbata y me tentó la idea de ponerme a fumar, pero no quería volver a incendiar la biblioteca como en primero. Bostecé era aburrido estudiar. Pero Moony estaría estudiando o leyendo poemas, Lily estaría escuchando leer poemas a Moony mientras que James probablemente practicase quidditch o tratase de desconcentrar a Moony de leer para que Lily le prestara atención a el. Y Peter... probablemente detrás de alguna chica o intentando ser mejor persona. Bah, estaba todo aburrido.

Intentando desviar la mirada de su cuello, donde estaba la corbata de Gryffindor, clavé los ojos en la mesa, observando sus libros. Un libro y una redacción de transformaciones, algo de adivinación y un maldito tomo de pociones. Dios mío, pociones de séptimo.. Debía ser HORROROSO, con mayúsculas. No entendía por qué teníamos que dar pociones, parecía que solo le gustaba a Severus Snape, el Slytherin al que acosaban, casualmente, los merodeadores. ¡Si yo iba a ser una famosa jugadora de quidditch! Pero claro, estaban los abuelos.. "Blablabá, coge pociones o no ves más la puerta de la calle, blablablá, vas a ser una catrástofe, blablablá.." Como Sirius, suspiré. Todo era muy, muy injusto.

OFF: Sirius está en séptimo no? XD

Off: sip, en 7º. xdd

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Abrí de mal humor el tomo de pociones. Yo de mayor quería ser parte de los Chuddley Cannons, probablemente el golpeador pero también quería dedicarme al "exterminio de serpientes" y lo más aproximado era la carrera de Auror. Y para ser auror había que tener "Pociones" aprobado. Solo un aprobado justo bastaría con Slughorn de profesor pero era lo que había. Miré a la chica de mi lado y le puse mi libro abierto delante de las narices.-Dime, guapa, ¿entiendes algo de lo que está escrito aquí?-ya estaba un poco desesperado, no entendía ni una sola palabra del maldito libro. Joder, odiaba las pociones.

Miré al chico por un momento. Luego, dirigí la mirada al libro. Claro que no lo entendía, eso eran jeroglíficos para mi. Negué con la cabeza, mientras miraba el libro abierto con el ceño fruncido, como si fuera mi mayor enemigo, ya que casi lo era.
Lo siento, esto para mí son runas.
Por un momento, me quedé pensativa. ¿Y ahora que hacíamos? Y lo decía en plural por que yo también necesitaba estudiar ese lenguaje codificado. Suspiré pesadamente. No iba a aprobar pociones, de ninguna manera.

Resoplé y me espatarré en la silla pensando seriamente en prenderle fuego al maldito tomo de los demonios, seguro que si le pedía ayuda a Moony el me ayudaría pero últimamente me echaba mucho la bronca sobre esto y ese era el motivo por el que estaba en la biblioteca. Exacto: por que Moony no me dejaba copiar sus redacciones.

-Un libro se quemó, por que las respuestas a Sirius no dio.-comencé a canturrear en voz baja mirando al libro, para que me oyese y como por arte de "magia" saliesen las respuestas ansiadas.

Como si Ashley tuviera algo que ver con lo que me pasaba, la miré fijamente, de arriba a abajo.-¿Tu crees que me cogerían para los Chuddley Cannons? Es que sinceramente, me estoy planteando muy bien lo de ser Auror, creo que me iré directamente a jugador de quidditch y seré "cazador de serpientes" en mis ratos libres... ¿Es una buena opción o no?-de verdad, se me estaba yendo la olla, ya incluso preguntando sobre mi futuro a una chica que solo veía en el campo de quidditch.

Le escuché atentamente, sintiendo una mezcla de sorpresa, curiosidad y diversión. Sorpresa porque, ¿por qué me decía eso a mí, si solo sabía mi nombre y poco más? Curiosidad, por que me interesaba aquello. No sabía si era por él o por la pregunta que me planteaba, pero daba igual. Y diversión por que el chico parecía tan aburrido e ido de olla, que hacía gracia. Sonreí de lado.
Quien sabe. Todo es posible, no? Aunque también, recuerda que al ser un hombre, tal vez te cueste un poco más hacer dos cosas a la vez. Bromeé. Mas si esos empleos implican estar pendiente de las chicas monas que se te crucen.
Emm.. ¿Y eso? Qué pasaba, ¿que ahora estaba yo chalada?

-Chicas monas se me cruzan delante hasta en el colegio, guapa, lo que yo digo es que creo que pasaré de estudiar las malditas pociones y me dedicaré a jugador de quidditch, por la noche me vestiré como el superman muggle y me dedicaré a exterminar a todos los malvados mortífagos de las calles. Así que seré famoso de día y todas las chicas irán tras de mi como aquí, y de noche seré un superhéroe y todas irán tras de mi pero soñarán conmigo por que no sabrán mi identidad-le expliqué mi plan de futuro, era un buen plan para ganarse la vida, lo que no estaba seguro yo de en que momento de las 24 horas del día iba a dormir, estaba claro que mi plan no iba a funcionar. Pero era o eso o mirar el libro de pociones y comprender lo que ponía dentro y lamentablemente de eso no había ganas.-¿Y tu, chica jugadora de quidditch... tienes planes de futuro?

Ohh, claro que sí. Exclamé, como si fuera lo más obvio. Mis abuelos me habían propuesto muchas carreras: sanadora, periodista, profesora.. Pero no, no me gustaba ninguna de ellas. A mi no me gustaba curar a la gente. Sí, era bonito si los salvabas, ¿pero si no salían adelante, qué? Periodista.. Decididamente, no. No era una chica cotilla que tenía la ambición de enterarse de todo. Tampoco me gustaba enseñar, no podía. Si fuera profesora, me distraería más que los alumnos, y acabaría siendo odiada por ellos con un nuevo mote asignado. No, yo ya tenía en mente mi futuro.
-Me encantaría jugar al quidditch cuando crezca. Ser de algún equipo profesional; Los Chudley Cannons, las Arpías de Holyhead, las Flechas de Applebly.. Cualquiera. Es difícil, por supuesto, si quiera sé si acabaré jugando al quidditch o no, pero hay que intentarlo.

-Me recuerdas a una amiga mía...-le dije encogiéndome de hombros, y haciendo un gesto con la mano.-Si no sabes qué estudiar siempre puedes hacer espectáculos de magia para los muggles. -propuse bien intencionadamente mientras sacaba de mi bolsillo un bocadillo que a saber si llevaría ahí un par de días. Ah, no, se lo había quitado a James un rato antes alegando que el iba a engordar. Es que los bocadillos de Dorea eran muy buenos, uno no se podía resistir. Le di un bocado ignorando completamente a la bibliotecaria que me echaba bronca. Miré de nuevo a Ashley.-Bueno, si eres tan buena como en el campo de quidditch, puedes conseguirlo.

Rodé los ojos, haciendo una pequeña mueca.
Por favor, Sirius, no juego tan bien. Soy muy.. Torpe.
Extendí las manos abiertas ante mi. Miré fijamente las palmas, blancas como la cal. Puaff, demasiado torpe. Recordé cuando, en Beuxbatons, tiré.. ¿Qué era? Ahh, claro, el caldero en la primera clase de pociones. Mis manos tenían vida propia y hacían lo que querían, no era mi culpa haber llenado el suelo y la túnica de mi compañera de alguna sustancia no-nombrable para mi. Sonreí traviesamente al recordar eso, mientras seguía sin levantar la mirada. La proferora casi me mató, pero valió la pena. Ese día le di las gracias a mi torpeza varias veces solo por lo que me reí.

Me quedé unos instantes ausente en mis propios pensamientos pero sacudí la cabeza ¿qué diablos hacía yo pensando?-¿Tienes deberes de pociones?-le pregunté entornando la mirada, antes de recorrer la sala con la vista, la paré en una Ravenclaw a la que me había tirado hacía un par de cursos, me levanté y la miré de forma simple, le pedí ayuda. Aceptó ayudarme obviamente no se me negaba nada, le di mi libro de pociones y mi pergamino. Ya me echaría la bronca Remus pero no me iba a comer el coco pensando en la redacción de pociones, si no fuera por que mezclando era el mejor, aunque claro, me pedían un filtro de muerte y era capaz de sacar tarta de calabaza de mi caldero, ese era mi problema, que no seguía una orden ni directa ni indirecta. Volví a mi asiento y me recosté de nuevo, tenía unas ganas tremendas de salir afuera a divertirme.

Le seguí con la mirada. Era increíble como persuadía a las chicas. Eso sí era un arma, no las malditas pociones. Aunque, claro está, también tiene que ver qué clase de persona sea..
Esperé a que Sirius volviera a "sentarse" en su silla para responderle.
-Bueno, no son deberes exactamente.. Pero tengo que estudiar. El problema.. -Fulminé el libro de pociones con la mirada, como si fuera el culpable de todos mis problemas. Bueno, en parte, lo era. Había discutido mil veces con mis abuelos por que Emma sacaba buenas notas en pociones, y yo no. Emma siempre era mejor en todo. Bufé, sin acordarme de la conversación. Le tenía un poco de tirria a mi hermanita.- El problema es que no se me queda nada. Completé, por fin.

-Bueno, prueba a estudiarlo más a fondo o algo, es lo que me dice Rosie...-le dije quitando importancia al asunto y en un instante me levanté de la silla y estiré de ella para que se levantara, la miré con una sonrisa traviesa.-No quiero estudiar ¿hacemos algo? ¿Montamos en escoba? ¿Gastamos una broma? Me aburro...-Okay, ya me comportaba de nuevo como un niño pequeño.

Sonreí de buena gana, mientras me levantaba en parte por sus estirones. Cualquier cosa de las que había propuesto Sirius era mejor que quedarse allí, estudiando, y encima sin poder articular sonido con la bibliotecaria. Decididamente, cualquier cosa era mejor que eso.
-Está bien.- Recogí el libro de pociones, cerrándolo y poniéndolo bajo mi brazo.- ¿Qué hacemos? Tú eliges, estudiar me cierra la mente.

-No lo sé ¿te gusta el quidditch cierto? Lo malo es que está oscuro... Podemos ir a la sala de menesteres, es un sitio que casi nadie conoce... Lo que usted mande jefa.-le contesté, a mi también me cerraba el cerebro estudiar, además, planeaba algún modo nuevo de fastidiar a Severus, pero mejor en otra ocasión, ahora acababa de "hacer una amiga" y esta vez me acordaba de su nombre no como mis ligues normales. Sería por la influencia deque ella fuese parte del equipo de quidditch.

¿La sala de los menesteres? -Pregunté, curiosa.
No había oído hablar nunca de esa sala. Era extraño, pero.. No, no era extraño, era muy normal. Hogwarts estaba lleno de sitios y rincones secretos, y apostaría mi cabeza a que los merodeadores se sabrían la mayor parte de ellos de pe a pa.- Vamos, entonces.
Vi, por el rabillo del ojo, como la bibliotecaria nos miraba, entre cabreada y suplicante. Estaba deseando que nos largáramos.

Off: abres o abro?

Off: Cómo quieras

Off: tu?