Every Rose Has its thorn.

Entrenamiento de quidditch? Con las serpientes insoportables era imposible, Bellatrix y Narcissa mis "queridas" primas habían querido fastidiar mi vida un rato más hechizando mi escoba. Resoplé con furia y me fui de allá después de teñirles el pelo a cada una de un color (en especial a Bella con lo que ella odiaba el color rosa... El aire respiraba a diversión pero alguna cosa no me dejaba pensar con claridad, caminé indeterminadamente por los terrenos hasta dar con el sauce Boxeador. En fin, una señal era una señal. Abrí el tronco y pasé adentro con toda la parsimonia del mundo, sin estresarme demasiado, era una mañana cálida, no quería ir con ninguna chica a ninguna parte aunque si esa chica fuera Rose... No, no, nada de chicas, había prometido a Remus y a Lily que dejaría de romper corazones una buena temporada. Aunque a Rose no se lo iba a... ¡Ya basta! Mis propios pensamientos en mi contra, esta si que es buena.

Abrí la puerta con lentitud tratando de asustar a Remus quien parecía muy concentrado en su libro de astronomía. Pero ay de mi, la puerta chirriaba y yo para más inri me tropecé y me caí de bruces. Aunque me levanté en seguida y me quité el polvo de la túnica.-Buenos días, Moony, ¿qué te trae por aquí?-pregunté pese a ser la respuesta demasiado obvia incluso, desde luego lo que intentaba era distraer su atención sobre el megaporrazo que me acababa de dar yo solo tropezando con un suelo que ni siquiera tenía agujeros o levantada alguna madera.