De compras {Druella}

Hoy tenia un rato libre, y decidí salir del ministerio y ir a hacer unas compras. Recogí un poco la mesa y salí de allí, llegué al Callejon Diagon, y empecé a mirar los escaparates, llegué a la tienda de Qidditch y me acorde de James y Sirius, tal vez si me daba tiempo luego me pasaba y les cogía algo. Seguí caminando y llegué a Flourish & Blotts, compré un libro, luego decidí ir a Madame´s Malkin y allí me quedé mirando el escaparate, no sin antes mirar el reloj, odiaba ir a contrareloj.

Seguía mirando el escaparate, puede que los chicos necesitaran unas tunicas para Hogwarts y casi que yo también necesitaría una que otra, luego si me daba tiempo me pasaría a ver a Charlus, giré la cabeza y vi a Druella, con el que fue mi primo, y ahora era su marido, para ser un día de diario había bastante gente por allí, decidí dejar de observar quien había por allí, y entré en la tienda, me acerque a una estanteria y empecé a mirar las tunicas de Gryffindor, buscando las tallas de James y Sirius.

Suspiro molesta, provocando que Cygnus la mirara. Dorea acababa de entrar a la tienda de túnicas, justo a donde la maga quería ir. Entro igualmente, acercándose al mejor vestido que vio. Ahora fue turno de su marido para suspirar, cuando su esposa iba de compras no paraba hasta conseguir lo que quería.- Druella, ¿hay alguno que te guste para ti o para las chicas?- - pregunto con calma el Ex-Slytherin, esperando. Della negó con la cabeza mientras en su rostro se formaba una sutil sonrisa. -Lo siento, pero aun no- dijo la antigua Rosier mientras se acercaba a ver las túnicas de Slytherin para sus hijas.

Al lado suyo estaba la madre de Potter, giro para mirarla.- Dora - llamo la mujer con ese apodo que solamente usaban sus amigos, y que sabía que tanto odiaba cuando ella se lo decia; pero en su voz no hubo rastro de malas intenciones.- Como has estado? Ha pasado tanto tiempo sin verte.- dijo mirandola.- Una verdadera lastima- dijo Druella

Pasaba las túnicas una por una hasta que cogí dos de las tallas de los chicos, estaba lista para mirar algo para mi. Me giré para buscar algo que me llamara la atención, cuando de repente, me fijé, al escuchar mi nombre que a mi lado estaba Druella Black, ya no pude hacer como anteriormente, el no la he visto, ahora me tocaba hablar con ella, de repente escuché con que nombre me llamó, empezaba bien... - Dorea, por favor - dije mirándola seria - Pues bastante, pero veo que no has cambiado - comenté mirándola y viendo como me miraba su marido

Cygnus permaneció callado, observando a su prima. Se acerco hacía Druella. -Buenas tardes, Dorea- saludo a la mujer, para luego dirijirse a su esposa. - Voy a Gringotts y vuelvo.-le dijo en voz baja mirándola.-Necesito tu opinión ¿No te quedas a ayudarme a elegir el vestido?- le pregunto al hombre haciendo que este frunciera el ceño, dándole a entender a ella que realmente no estaba de humor para aquella compra.- Nos vemos luego- dijo Druella mirando salir a el mago el la puerta de la tienda. Nego con la cabeza, Cygnus Black, era su esposo, y padre de sus tres hijas, pero aun así seguía siendo para la bruja una persona completamente desconocida; casí nunca hablaba solo para decir lo justo y necesario; solo sabía pocas cosas de el.

Se giro para observar a la otra bruja.- Supongo que ahora solo somos nosotras - comento mientras miraba un vestido. Realmente era muy lindo, caro, elegante, perfecto para ella, salvo por el color. Rojo, frunció el ceño dejándolo donde estaba. -Horrible, ¿no crees?- dijo refiendose al vestido. - Dorea, ¿venias a hacer algo especial por aquí? - le pregunto la maga a la otra.